domingo, 23 de marzo de 2014

"Yo soy un hardcore booker."

Hala, a tomar por culo. Vamos a ponernos en plan "¿Y si...?".

Hoy en día está de moda esto de ser un "gamer", término que me causa repulsión y me constriñe el esófago ya que no me parece más que un término comercial creado por las empresas (ñeh, ya me cagaré en eso más adelante), por lo que prefiero definirme como aficcionado a los videojuegos, jugador, o "jugón" si me apuras. Sin embargo esto de ser un aficcionado a los videojuegos existe desde hace tiempo. ¿Y si pasara lo mismo con los libros y los aficcionados a ellos? ¿Y si se pusiera de moda leer y las empresas atacasen como buitres para sacar beneficios aún a costa de convertirlo todo en una gran bola comercial de caca rosa con purpurina?

Aquí van mis teorías sobre los cambios y conceptos que las empresas implantarían.

En primer lugar, el lector, el aficcionado a la lectura, pasaría a llamarse booker. Le hacemos a los lectores el mismo destrozo que a los jugadores: cogemos lo que usan (juegos/libros), añadimos "-er" ("-ero"), y lo usamos en inglés cuando hablamos en español, porque así queda más pedante.

Por supuesto, el booker debe tener grandes capacidades lectoras: leerse unas 2 o 3 páginas por minuto es indispensable, y además ha de consumir unos 4 o 5 libros por mes. Técnicamente también tendría que tener una buena comprensión lectora. Y no limitarse a hacer rush (leer el capítulo muy rápido sin prestar atención), que luego no sabemos avanzar en el "capítulo" siguiente...

Existen varios tipos: los hardcore bookers son capaces de leerse una novela de Sherlock Holmes en nivel apocalíptico y descubrir cuál es el culpable cuando llevan 3 hojas leídas, y Góngora es para ellos el nivel de dificultad estándar.

También, por desgracia, existirían los cheaters, que se saltan hojas para llegar al final y tirar el dinero gastado en el libro (claro que, siempre podrían leerlos gratis en PDF. Eso es piratería y está mal; sin embargo muchos lo hacemos con la excusa de "así veo si me gusta y si eso lo compro").

Sin embargo algunos cheaters harán "trampas" para hacer el libro más entretenido: pondrán anotaciones propias, reescribirán frases, tacharán paridas, etc., más o menos, le ponen mods al libro. A eso hay que añadir que hasta podrían pararse en corregir los bugs (erratas) producidos inconscientemente por el autor. Muchas veces son minucias que simplemente cantan un poco, como alguna falta de ortografía o palabra repetida; pero si se dan en un momento crítico podrían estropear parte o la totalidad de la lectura.

En lo más bajo, los noobs, que a duras penas serían capaces de leer un par de líneas sin sufrir de fatiga; y cuando lo hacen en voz alta parecen robots. Frecuentemente dejan los libros a medias.
Hablando de robots, también podrían existir bots automáticos de lectura, como Loqendo. No son como un lector real pero al menos pueden cumplir su función principal.


Luego tendríamos a los libros colocados en géneros y diversos puntos en la escala de calidad de los estilos.
Por ejemplo, 50 Sombras de Grey o Crepúsculo serían los Call of Duty del booking: los fans pueden llegar a comprarse todo lo que salga porque les encanta, y se pondrían la etiqueta de "hardcore bookers". Sin embargo, los que no son seguidores de la saga los pondrían de n00bs pa'rriba.

Después tendríamos las grandes joyas retro: la Piedra Roseta o La Biblia serían los que sentaron los pilares de los libros de hoy. Mucha gente detesta que se lancen críticas contra estos.

Luego está la literatura experimental de calidad que todo buen booker debería leer al menos una vez: como Journey, El Principito significa y esconde mucho más de lo que parece desde lejos; y al igual que Portal, El Quijote reescribió y jugó con conceptos preestablecidos en su género.

Los love stories están convirtiéndose en casi el único género de la industria de estos días. Incluso grandes obras que pertenecen a géneros diversos denotan fuertes influencias de esta rama: casi siempre hay algún factor amoroso. Algo parecido sucede en cierta industria con los FPSs.

También, existen ciertas sagas de las cuales la gente insiste en que están acabadas y que deberían haber terminado hace mucho, alegando que son sagas que están volviéndose comerciales; a pesar de ni si quiera ser lectores de estas. Por ejemplo, la saga Harry Potter.

También tendríamos los Free to Read: te los lees gratis en un PDF, pero luego tienes que gastarte pasta si quieres entender la historia al mismo nivel que los demás. Esto es algo similar a los DLCs, expansiones y capítulos extra opcionales para explotar más el título.


Obviamente, YouTube se vería anegado de bookreads: vídeos absurdos que consisten en bookers leyendo libros y haciendo comentarios estúpidos para hacerse los graciosos ("El asesino disparó la ballesta contra la espalda de la víctima. ¡Flechipollazo en la espalda! ¡lol! ¡Le ha dado por detrás, lol! ¡LOL!"). Sí, como con los juegos, habrá gente que encontrará más divertido ver a alguien leyendo un libro que leerlo ellos mismos.

Menos mal que existirán bookreads decentes, que se centrarán en hacer buenas reviews del libro o en hacer tutoriales útiles para entender bien los libros complicados. También son dignas las demostraciones de fuerza y récords, como los speedruns (lectura ultra-rápida).


Tened mucho cuidado con eso de que "la gente debería leer más", lectores. Como leer se ponga de moda, destrozarán vuestra aficción. Los jugadores lo sabemos bien; ahora nos dicen "gamers".

No hay comentarios:

Publicar un comentario